sentado junto a la ventana de mi cuarto;
pienso en tí, en tu clase y en tus niños
y en los problemas que te dan.
Que si Silvia, que si Pedro, que si Antonio;
problemáticos hasta la saciedad;
son las mil simpples caras de la vida
y ¡cuántos problemas te dan!
Y siempre todos quieren todo;
lo que le des a uno, cómo se lo negarás a otro
porque son así:
fierecillas indefensas que te coaccionan
y te tratan de atar
pero solo buscando un poco más de amor.
He cerrado los ojos para verte
y allí estabas, en medio de los niños,
de pie, sentada, observando o ayudándoles
y ¡cuántos problemas te dan!
El sol entra a raudales en la clase,
da color a sus juegos y a sus risas
y casi nunca están todos callados
y ¡cuántos problemas te dan!
Luego saldrás e irás a estudiar
cansada y esperando
que llegue el fin de semana
y es que son así:
fierecillas indefensas que te coaccionan
y te tratan de atar
pero solo buscando un poco más de amor.
(Abril 1978)
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